Lo que el artista plantea al espectador es transformar la mirada exterior en una mirada dirigida al interior de uno mismo, hacia lo más profundo del ser. Realizar un viaje en el que percibimos la luz que emana de cada uno de nosotros, junto con las penumbras y oscuridades que todos arrastramos.

Límites, angustias, dolores y la posibilidad de concebirlos como elementos que, asumidos, nos pueden construir cómo personas, se convierten en el núcleo central de la propuesta.

Llamas construye sus metáforas proponiéndonos imágenes de espacios arquitectónicas o paisajísticas mediante los que se alude al interior del ser humano. Sus obras, tanto en la vertiente volumétrica como fotográfica, proponen al espectador silenciar sus ruidos y comenzar un viaje hacia su propio interioridad. Al adentrarnos en estas imágenes descubrimos lugares dominados por una luz transformadora, en los que el protagonismo recae en elementos cotidianos que contienen una fuerte carga simbólica.