Como es habitual en la producción artística de Ignacio Llamas, la exposición se mueve entre la fotografía y la instalación. En esta ocasión, el peso recae del lado de la imagen fotográfica, y lo hace a través de dos series: Lo que la luz encubre y Habitarse, en las que lleva trabajando desde 2019 y 2021 respectivamente.
La exposición se completa con tres obras en volumen, destacando: Donde nadie quiere estar. También está presente la pieza: A los que ya no puedo ignorar. Al finalizar el recorrido de la muestra nos encontramos con la tercera pieza en volumen: La piel de las ideas.
La muestra pone en el centro al espectador que se acerque a contemplarla, tanto a nivel conceptual, como formal y emotivo. Se le pide, no solo que la recorra, sino que durante el tiempo que dure la visita los ruidos exteriores que hay en él para escuchar su propio sonido interior.
Ignacio Llamas lleva trabajando más de dos décadas en torno a la dualidad de los conceptos: ausencia y presencia, luz y oscuridad, tangible e intangible, vida y muerte. Tratando de crear metáforas visuales que permitan al receptor de la obra ahondar en el misterio que se esconde en cada una de estas parejas de opuestos.
Con la variedad formal ofrecida y la riqueza de recursos estéticos y de lenguaje que aparecen en la presente exposición, Llamas, desde diferentes ángulos, nos propone una única idea que subyace en cada una de las piezas mostradas. Consiste en invitar al espectador, al tiempo que transita la muestra, a realizar un viaje interior, durante el que tomar conciencia de nuestras luces y sombras y de cómo, tanto unas como otras nos construyen como persona.
