Exposición

Oscuro latido, 2019
 

Isabel Alonso Vega, Beatriz López e Ignacio Llamas
ESPAIDOS - Sala Muncunill, Terrassa
Comisaria: María Jesús Ferro

Oscuro latido

La presente exposición es el resultado de un proceso experimental de evaluación y desarrollo artístico en el que un grupo de artistas de distintas disciplinas y de teóricos del arte llevamos involucrados varios años.

La génesis de este proyecto específico parte de la reunión de tres artistas, Isabel Alonso Vega, Beatriz López e Ignacio Llamas, junto con María Jesús Ferro en la labor de comisariado. Al equipo se suma el artista Fernando Sordo con sus aportaciones instalativas. La propuesta que se plantea es la de elaborar un trabajo expositivo interviniendo cada uno en la obra del otro. Se trata de un reto, el de crecer con los otros siendo artísticamente uno mismo, también de una experiencia, la de descubrirse mediante la apertura, el desprendimiento y el vacío que conlleva el proceso.

El punto de partida es un libro de artista de Beatriz López, una obra de carácter íntimo y reflexivo que rebosa sensibilidad. En una de sus páginas encuentran la primera sugerencia para comenzar el tránsito: un hueco de forma alargada recortado en una cartulina negra al que acompaña un texto próximo a lo poético, evocador del oscuro latido de la creación. La fragilidad del material da soporte a formas y palabras potentes, intensas, que reverberan en sus compañeros.

Isabel Alonso Vega toma la idea del hueco y la plasma, junto a sus miedos, en una pieza que superpone varias capas de humo en pantallas transparentes, en las que se transita por una cavidad tridimensional desde la rotunda oscuridad del negro hacia un albor sutil.

La base de este juego de volátiles trasposiciones la compone Ignacio Llamas con unas lajas blancas, dispuestas en limpia desolación, amontonadas en el suelo como restos de dolor y de trascendencia que evocan una búsqueda interior.

Esos fragmentos rígidos e impolutos de Ignacio Llamas, junto con los temores evanescentes de Isabel Alonso Vega son llevados por Beatriz López a papel.

El libro de origen era negro y compacto, pero ahora su trabajo se plasma en livianas hojas blancas que muestran dibujos realizados a lápiz, ligeros, transformados y depurados por las sucesivas fases del proceso. De esta forma los conceptos de vacío, pulsión vital, miedo, dolor y transcendencia se suceden en una espiral creativa y receptiva que, lejos de detenerse, espera la intervención/intromisión de un nuevo artista, Gabriel Verderi, invitado a participar en la experiencia durante la última semana de la exposición con la misma actitud de apertura con la que se ha trabajado durante el proceso.

Queda un último paso que dar. La parte final del proceso corresponde al espectador, que es quien completa la obra con su experiencia individual. En esta exposición se ofrece a los visitantes la posibilidad de contemplar la obra no solo desde el resultado final, como se hace habitualmente en todas las muestras, sino también desde su proceso creativo. Es una invitación a participar en una experiencia en la que el arte funciona como elemento transformador tanto para los artistas como para quien lo contempla, ya que la obra concluye de forma diferente con cada nueva mirada.

María Jesús Ferro