Limits
Limits
Un paisaje ceniciento, yermo, en el que se adivina el silbar del viento, el gélido abrazo de la escarcha que detiene el tiempo y el aliento. Adusto, severo como solo los campos de Castilla saben serlo. Y en mitad, como una cicatriz, una valla que ya no detiene ni separa nada más que nuestros pensamientos.
Ignacio Llamas presenta en Límites un trabajo que explora el espacio como metáfora del hombre y en el que nos habla de nuestras limitaciones, del dolor y nuestros miedos.
A través de fotografías y obra en volumen, nos muestra espacios que palpitan, silenciosos, y que no son uno sino miles: porque se multiplican ante la mirada de quien los recorre. El artista nos invita a aventurarnos en sus escenarios para ahondar en nuestro propio interior, para abrazar nuestros límites y cuestionarlos. Tras sus paisajes esculpidos y sus fotografías no hay una historia que contar, sino cientos, las que evocan sus escenarios de quietud muda y abandono en cada uno de nosotros.
Soledad, vacío y silencio
Límites incluye piezas de las series Soledades, Cercar al Silencio y Vacíos. De este modo el artista nos propone un doble recorrido: un primer viaje en el tiempo, siguiendo su evolución en los últimos años; y uno más íntimo y personal al enfrentarnos a nuestros propios paisajes.
Las fotografías de Soledades y Cercar al Silencio nos muestran arquitecturas ficticias. Escenarios dibujados con luz y ausencia, creados para que los recorramos con la mirada. Habitaciones vacías que esperan ser habitadas. Historias inconclusas ancladas en un tal vez.
En la serie Vacíos, Llamas abandona la mayoría de elementos simbólicos que le habían acompañado (la silla, la maleta, el árbol…) y aparecen nuevas metáforas para hablarnos de nuestros límites. Vallas y alambradas que desaparecen en la aridez de un paisaje ceniciento nos hablan de nuestros miedos más profundos y los corsés invisibles que cuartan nuestras alas.
Simplicidad, belleza, espíritu
La obra de Ignacio Llamas es sigilosa, evocadora y contundente. Poesía, esencialidad y concepto se dan la mano en un ejercicio de sinceridad. Quizás por eso sus fotografías e instalaciones establecen una comunicación mucho más certera y emotiva con el visitante.
Al igual que el arte wabi sabi, la simplicidad profundamente meditada deja un gran espacio para que seamos nosotros quienes habitemos sus paisajes y llenemos de sentido esos vacíos con nuestras interpretaciones. Es así como se crea el lazo imperceptible entre creador y espectador.